sábado, 24 de agosto de 2013

Un padre no debe morir…

Mi madre perdió a papá en un accidente de tránsito…sin aviso, como podría ser un cáncer, sin esa posibilidad de luchar por vivir. Fue atroz, todo fue atroz, la forma, la injusticia, lo que vino después, todo. La periodista Susana Roccatagliata tituló su libro “Un hijo no debe morir” porque es antinatural. Yo agregaría, tu pareja o padres no deberían morir tan pronto. Si ya son ancianos, por mucho dolor que nos genere, existe algo de tranquilidad luego, con el tiempo. El dolor de la pérdida es inconmensurable…en lo personal, admiro a esa gente que al día siguiente va al trabajo para pensar en otra cosa y distraer su mente con las obligaciones. Mmm, rectifico, no las admiro, simplemente son formas distintas de reaccionar. En mi caso no tuve depresión, sí me lo lloré todo, no quería hacer nada, estaba en un limbo sin distinguir bien qué era real y qué no.


Creo que hay que pensar, llorar, desahogarse y no ocultar con tierra esos sentimientos. Cómo no somos capaces de detenernos unos días o semanas, lo que sea, ante tal dolor??? Qué hecho te podría afectar tanto como éste en la vida que no amerite por lo menos una pausa. Pero la vida quiere seguir “produciendo”, y no te deja que tengas tu pausa necesaria, o tú no te dejas.
Mamá aún no ha superado su muerte, y la admiro por su esfuerzo. Intenta seguir, pero ya nunca será la de antes.
Mi cargo de conciencia es ése, no otorgarle el tiempo necesario. El día a día, el trabajo y el cansancio me hacen no visitarla ni estar con ella como quisiera. Nunca creí mucho eso de “Es mejor la calidad que la cantidad”, suena a chiva hedionda y barata para no sentirse culpable, auto convencerse de que no es tan malo postergar a los demás, por muy loable que sea el fin.
Pero retomando la idea inicial, considero que si bien un hijo no debe morir, tampoco deberían abandonarnos aquellas personas que todavía tenían muchos sueños por cumplir y amor por entregar…así y todo, la muerte es parte de nuestra vida, es nuestra única certeza.

Hoy 24 de agosto se cumplen nueve años del fallecimiento de mi padre, escribo está entrada minutos antes de dirigirme a la iglesia El Sagrario…una misa para él.

sábado, 3 de agosto de 2013

He tenido más JEFAS que jefes…bueno o malo???

Mi primer trabajo fue en un restorán de comida rápida en el único mall, que en ese entonces, había en Concepción. Ahí tuve a mi primera jefa, una flaca, peliteñida con cara de amargada. No decía mucho, ni la recuerdo tampoco por algo en especial. Diría que fue un cero a la izquierda. Ni  cuenta se daba que debajo del arroz blanco que nos daban de colación, escondíamos la carne mongoliana y el chap sui de ave que nos estaba vedado. 

Mi segunda jefa la tuve en la Universidad, cuando hice ayudantía. Era joven, también rubia, pero natural, no como la primera. No infundía tanto respeto, quizás por su corta edad y falta de mayor experiencia laboral, pero siempre fue muy cordial y preocupada. Además, secreto…me gustaba.    

Como periodista trabajé tanto con jefa como con jefe, pero lejos fue una mujer la que me inspiró más respeto y simpatía, aunque tenía un carácter “de aquellos” cuando algo le molestaba. Por suerte, nunca tuvimos algún inconveniente. 

Luego, en mis años de profesor, conocí ambas caras de la moneda. Aquí también fue una mujer quien provocó en mí, admiración y respeto. 

En lo que se refiere a mi actual trabajo…mmm, mejor lo dejo para otro día. Sólo comentaré lo pasado, pisado jajaja.

Qué pasa con nosotros los hombres?? Si hasta para las presidenciales serán ellas (Bachelet y Matthei) quienes llevan la batuta.